Dando el puntapié de la jornada, música new age y una pasarela de arena negra ambientaron la colección de Andrea Marques. Junto con géneros como seda, algodones y crepe, consiguió transportarnos a un espacio zen. “Es un minimalismo suave y más sensual. Dejé de lado las estampas y ahora siento el beneficio de presentar una colección más limpia”, cuenta la diseñadora en su camarín horas antes del desfile.
Las siluetas modernas las aporto Sacada: buscando la conjunción entre moda y artes plásticas, las prendas mostraron detalles artesanales como estampas realizadas a mano, al tiempo que tiras de diferentes tipos de seda forman entramados cuadriculados.
Casi llegando la noche, Cantão se baso en un viaje y sus sensaciones. Uno de los elementos de inspiración fue el trabajo del naturalista italiano Domenico Vandelli. Así, la colección se pasea por un caleidoscopio de colores y paisajes desde la naturaleza del siglo XVIII llegando a un nuevo mundo de flora y fauna. Sus géneros rústicos, orgánicos, redondean el concepto de la colección.
Observando los efectos de la luz sobre las texturas, Lenny Niemeyer utilizó la lycra doblada para crear piezas geométricas y estructuradas, que con una paleta neutra -acotada de colores y estampas- le permitió experimentar con tejidos naturales como la rafia en el marco del beachwear.
Texto: Cecilia García Porcel (desde Rio de Janeiro)